miércoles, 7 de octubre de 2009

El pelo del oso polar NO es blanco.


El pelaje de un oso polar parece blanco porque tiene muchas diminutas burbujas de aire para su aislamiento. Esas burbujas de aire, como las partículas de polvo en suspensión, dispersan la luz que llega y hacen que el pelaje aparezca blanco. Las fibras del pelaje en sí carecen de color.

No sólo son transparentes, sino que son huecos y esto le confiere funcionalidad de “tecnología punta”, pues el aire que se queda dentro y entre los pelos constituye un excelente aislante debido a su bajo calor específico; el aire atrapado entre el pelaje se calienta rápido por el calor desprendido por el cuerpo del oso y éste queda rodeado de un “colchón” de aire que retiene ese calor y aisla el cuerpo del gélido exterior.

Al mismo tiempo, cuando luce el sol, los pelos se comportan como fibras ópticas llevando los rayos luminosos hasta la piel sin pigmentos del animal, que absorbe su energía para calentarse y sintetizar vitamina D.

El oso aprovecha esta peculiaridad genética para mimetizarse con el entorno.

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