viernes, 9 de octubre de 2009

Mexicanos ganan premio a mejor venta ambulante de comida en NuevaYork

"Iniciamos sólo vendiendo tacos. Así empezamos", señaló Fernando. "Ahora estamos muy orgullos de ser los ganadores de este premio y esperamos que nos traiga grandes cosas", agregó el mexicano que inició vendiendo tacos en una parrilla.

Nueva York.-
Fernando y Yolanda Martínez, inmigrantes mexicanos que viven en Nueva York desde hace unas dos décadas, obtuvieron el reconocimiento a su negocio ambulante de comida típica mexicana como el mejor de la ciudad.

Lograr esta victoria, entre más de 650 participantes, le costó a la familia Martínez incontables desvelos y madrugadas para mantener dos trabajos y poder criar a sus hijos en esta ciudad.

Residentes de Brooklyn, donde iniciaron hace unos 15 años su primer negocio de venta de comida en un parque del área, los Martínez compraron una parrilla y consiguieron unas sillas y las acomodaron para poder complacer el paladar de sus clientes.

"Iniciamos sólo vendiendo tacos. Así empezamos", señaló Fernando. "Ahora estamos muy orgullos de ser los ganadores de este premio y esperamos que nos traiga grandes cosas", agregó.

La competencia Vendy Awards los premió con una copa que los identifica como los mejores en venta ambulante de comida de la ciudad de Nueva York.

"Llevamos el prestigio de ser los ganadores del concurso. Aunque no recibimos dinero, sí el reconocimiento de ser los mejores", indicó Yolanda.

Los Martínez ganaron inicialmente la nominación de los 10 del grupo de vendedores del parque Red Hook, en Brooklyn, comformado por mexicanos, colombianos y centroamericanos.

Ellos hicieron su propio concurso del que salieron victoriosos para representar al grupo. Luego llegaron hasta los cinco finalistas.

Los ahora afortunados, no habían corrido con la misma suerte cuando en 2000 abrieron un pequeño local de comida, pero argumentan que lo vendieron pronto porque el cuidado de los niños les demandaba mucho tiempo y trabajo.

"Era de las cinco de la mañana hasta la media noche para cerrar, y optamos por venderlo y seguir con el trabajo de comida sólo los fines de semana", manifestó Yolanda.

Ahora son los hijos, quienes ya crecieron, quienes animan a la pareja a que abran de nuevo el restaurante. "Quizá para enero o febrero del próximo año esperamos abrirlo".

Llegaron a Nueva York en 1980 ya casados, con un hijo, procedentes de la población de Ahuehuetitla, cerca de Acatlán de Osorio, en el estado de Puebla, y con muchas ilusiones de tener una mejor vida para ellos y su familia.

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